Veinte Diez

Mi hermano pequeño dice que tengo el lapso de atención de un neo-nato. Un neo-nato? Un neo-nato es un bebé recién nacido, verdad? Sí. Sí se me dificulta poner atención a una cosa por mucho tiempo, y sí soy un poco inquieta. Y eso es una gran bendición. Al menos he tratado de desquitarlo haciendo muchas cosas. Pero correr no es una de las que más me gusta.

Correr es de las cosas más aburridas que hay. El problema para muchos es que es un deporte solitario, monótono y si se hace sin preparación, cansa muy rápido. Qué es lo que hace que los maratonistas quieran gastar meses de entrenamiento y horas en un maratón para terminar con los pies deshechos?

Cuando termina el año los logros vienen a la mente primero. La escuela, el trabajo... De seguro hubo algún momento feliz que pasa desapercibido. O un momento triste que quizá se quiera borrar. Sin embargo, son las personas y los lugares que marcan cada situación las que hacen que sea valiosa y que no se olvide.

Y es por eso que decidí volver a correr. Un corredor va a lugares y se lleva sus problemas, sus sueños, sus recuerdos. En su trote, puede ver a la gente que pasa, imagina historias, escucha música. Lleva el control de su velocidad. Nadie le impone un ritmo. Y si lo desea, puede acompañarse de un buen amigo. Aunque algunos de esos amigos necesiten correa.

Siendo Monterrey una ciudad de autos y no de personas, la ruta es limitada. Seremos yo y mi buen ipod en la pista urbana. Voy en busca de todos los recorridos que haya y voy a redactar mis veredas.

De seguro habrá muchos días en los que me resigne a una caminadora en el gym. Y otros menos afortunados, en los que mi única carrera sea desde el estacionamiento hasta mi clase en aulas 6.

Finalmente, si puedo contagiar a alguien a seguirme, doy por servido el 2010.