Es irónico que los días que programo carreras largas, termino dejándolas a medias y los días que programo una carrera ligera termino corriendo más de lo que esperaba. Hoy no es la excepción. El Sábado pasado, por ser Sábado, pensé en aumentarle a mi distancia. Oh sorpresa cuando a mitad del camino me quedo sin aire. En un principio culpé al hecho de que arranqué con mucha velocidad, pero después me di cuenta que aunque hay veces que volviendo a un ritmo estable me recupero, esta vez no fue así.
Hoy me decidí a correr una carrera muy light. Me puse mis audífonos, estiré y me uní a las filas de Calzada en dirección a Humberto Lobo. Mi plan era llegar corriendo y caminar el regreso. El clima estaba perfecto, había bastante gente y muy buena actitud deportista. Así que terminé corriendo el regreso también.
Y eso señoras y señores, es lo bello de correr. No saber que esperar, cuánto te darán tus piernas, a dónde te llevará la mente, a quienes te toparás en el camino.Tal vez y hasta te sorprendas de alcanzar una meta no planeada.
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